Encuentra un lugar tranquilo y una posición cómoda. Antes de comenzar a meditar, considera lo siguiente:
El lugar donde vayas a meditar debe brindarte la tranquilidad que necesitas, sin ruidos repentinos ni molestos. Ponte en una posición cómoda, puede ser sentado, acostado e incluso puedes intentarlo mientras caminas lentamente. Estar cómodo te ayudará a no distraerte.
Usa ropa adecuada. Evita prendas que generen ruido o que limiten tus movimientos. Pueden ser ropa para ejercitarte o incluso la que usas para dormir.
Comienza poco a poco. Puedes iniciar meditando solo por 5 minutos y conforme vayas progresando ve aumentando el tiempo. No es necesario hacerlo durante horas, aprende a leer tu cuerpo, incluso una meditación guiada puede ayudarte a lograrlo más fácilmente. Si lo prefieres pon una alarma o cronómetro.
Ahora comencemos a meditar.
Concéntrate en tu respiración. Es el tip más básico de la meditación. Se sugiere que cierres los ojos, pon atención en el sonido de tu cuerpo, siente la respiración, cómo tus pulmones y pecho suben y bajan.
Mantén la boca cerrada. La respiración debes hacerla a través de la nariz, no tenses tu mandíbula, relájala. No rechines los dientes e intenta mantener la punta de la lengua en el paladar.
Deja pasar las distracciones. Es probable que de repente te lleguen pensamientos y pierdas el enfoque, no te preocupes solo no te claves y déjalos pasar y regresa a tu respiración.
Quizá te resulte más sencillo concentrarte en las inhalaciones que en las exhalaciones, haz lo que te funcione y no permitas que la sensación de tranquilidad se vaya.
Elige un mantra. Un mantra es una palabra o frase que utilizarás como motivación. Repítelo mientras meditas de manera sincronizada con tu respiración. Si no se te ocurre alguno intenta con el famoso “Om”.
No seas tan duro contigo mismo. Mantener la concentración resulta complejo, ten paciencia y no te desanimes. Considera que meditar lleva tiempo y práctica y no tiene que ser perfecto para funcionar.
Hazlo un hábito. Como bien dicen: “La práctica hace al maestro”. No se aprende de la noche a la mañana, lo importante es que has decidido comenzar y poco a poco notarás los cambios en tu cuerpo y mente.